Los aceites esenciales pertenecen a la cosmética natural y a la aromaterapia al 100 %. Cada vez más personas apuestan por ellos, pero pese al gran auge de los últimos años, se sigue desconociendo por parte de la población cómo se realizan. ¿Te has preguntado alguna vez cómo se hacen los aceites esenciales? Te lo contamos.
Los aceites esenciales: así es su elaboración
En primer lugar, recuerda que estos aceites esenciales naturales son sustancias que se extraen de las plantas que tienen un aroma muy fuerte. Su poder terapéutico es elevado, usándose en diferentes sectores económicos (perfumería, cosmética, aromaterapia…). Sus propiedades se extraen de las semillas, tallos, raíces, frutos o flores. En pocas ocasiones se suelen extraer de la planta grasa entera.
Extracción de aceite esencial por destilación
Es el más común. Consiste en colocar el material de la planta, conocido como carga, en un destilador de aceites esenciales o alambique y, posteriormente, pasar vapor caliente a través del mismo. La propia fuerza del calor llega a romper la cámara de almacenado de este aceite con la carga, y el aceite se libera hacia el vapor, subiendo hacia un condensador (tubo sumergido en agua fría).
Tras la condensación, tanto el agua como los aceites quedan en el balón de destilación, un recipiente diseñado con dos salidas. Ya que el agua y el aceite no se mezclan, es aquí cuando la solución llega a separarse en hidroalto y aceite esencial (flota al tener menos densidad).
Extracción de aceite esencial por prensado
Es otro de los métodos utilizados, aunque ha variado con el paso del tiempo. Se usaba para la extracción de las esencias de la familia de los cítricos. La piel de la fruta se prensaba a mano hasta tal punto que las glándulas de los aceites estallaban y el aceite se recolectaba con una esponja, la cual se exprimía en un recipiente. En la actualidad, este método se realiza mediante máquinas.
Elaboración de aceite esencial por rozamiento
En este caso, las flores se colocaban en láminas de vidrio (el bastidor) cubiertas de grasa purificada. Esta última absorbía todo el aceite de las flores y, una vez terminado el proceso, la flor se removía y reemplazaba por otra nueva. Este proceso se repetía todo el rato hasta conseguir que la grasa estuviera saturada con aceites esenciales hasta formar la pomada, que luego se disolvía en alcohol. El líquido resultante se calentaba y, con la evaporación del alcohol, el aceite entraba en su estado natural en el recipiente.
Elaboración de aceite esencial por maceración
La maceración es similar al método de rozamiento. Las flores se llegan a exprimir o machacar con fuerza para provocar la ruptura de las glándulas, colocándose luego en un aceite vegetal. Este se mantiene tibio y llega a absorber al aceite esencial; el resto, se drena. El material resultante se agrega al portador calentado. El proceso se repite hasta que la grasa sea suficientemente concentrada.
Elaboración de aceite esencial por solvente
Este es uno de los métodos más actuales de extracción y se utiliza principalmente con aceites de flores delicadas como el jazmín y la rosa. Este método usa químicos que pueden resultar en una posible irritación cutánea. Y se recomienda evitar el uso para realizar masajes.
Así se hacen los aceites esenciales caseros o profesionales que todos disfrutamos diariamente. ¡Un proceso largo y laborioso!